Debido a mi formación científica, mi afirmación de que la Economía es una bomba de tiempo a punto de explotar se basa no en señales del futuro reveladas en sueños o trances hipnóticos. Para mi lo síntomas reflejan una fuerza poderosa que se mueve bajo la superficie de la realidad. Este fenómeno es inaprensible debido a su complejidad, son los resultados de dichas transacciones las que modelan nuestra realidad y es en el escenario de la realidad en donde podemos observar esos efectos si nos detenemos a reflexionar que el curso de los acontecimientos tienen una tendencia clara a trastocar cada pilar que sostiene el ritmo y la calidad de vida de todas las personas. La economía es el sistema más delicado que sostiene nuestro estilo de vida actual, ni los huracanes, ni los terremotos logran detener el avance y el progreso del espíritu humano como lo puede hacer el colapso de la economía. Si la naturaleza golpea, el hombre se levanta y sigue. Si la economía golpea, el trauma es mortal, paralizador y lleva consigo el desmoronamiento de todos los ciclos vitales para seguir avanzando, el más importante: el abasto de alimentos, pero también sucumbe nuestro cimiento social más importante: el político. La política en el sentido social nos brinda una identidad, un sistema de control y un entendimiento mutuo aunque a veces ese entendimiento parece algo totalmente irreconciliable.
Obviamente no estoy interesado en formular una teoría de conspiración, mi intención es la de describir la sintomatología, rastrear la etiología y proponer un tratamiento. Utilizo estas palabras como metáfora de mi objetivo a lograr, creo que tienen coherencia y se pueden traspolar al ámbito que estoy apremiado a describir.
La economía no es un ser vivo e independiente, es un fenómeno de emergencia (es la suma de todas las transacciones económicas de todos los seres humanos) por lo tanto si definimos la situación que vivimos como una crisis, no es que la economía se haya enfermado en el sentido tradicional del término, lo que ocurre es que el manejo de nuestra actividad económica ha sido “desastroso” o al menos así nos han hecho creer que ha sido.
Las personas que realmente manejan la economía saben, conocen y entienden de la psicología de las personas no-reflexivas. Saben que estas personas actúan por instinto, son impulsivas y confían en el sentido común. Los ricos y poderosos saben que el crédito es una herramienta de control y dominación a nivel político, social y cultural. Hoy en día gracias a la crisis en varios países Europeos vemos como los líderes elegidos democráticamente son reemplazados por otros personajes sin siquiera tener que convocar elecciones, todo por el pretexto de haber estado ahí mientras se desataba la debacle. Es una falta de responsabilidad que alguien simplemente desista de sus obligaciones cuando las cosas van mal, es la misión principal del capitán el llevar a buen puerto una embarcación en problemas. Obviamente el mecanismo de control político mediante el sometimiento económico ha hecho su aparición con gran gala.
Obviamente todos somos individuos económicos, pero nuestras conducta económica no funge como un modelador de la realidad precisamente porque no estamos organizados, sin embargo, hay quienes tienen más capital económico que algunos países pequeños, y precisamente por ser un solo individuo el dueño de ese poder es más fácil para dicha persona tomar una decisión que altere y determine ciertos procesos sociales.
Películas como las de “¿Y tú qué sabes?” han sido diseñadas para hacernos creer que con simplemente desear algo como una casa, un coche nuevo, guardarropa de lujo, joyas, etc., podemos obtenerlo. ¿Cuál ha sido el objetivo? Que cuando un banco llama a tu casa para ofrecerte un crédito hipotecario o de cualquier tipo, aquellos que han visto dicha película han sucumbido al ofrecimiento de dichos bancos porque creen que el secreto ha hecho efecto y ese ha sido la forma en la que el universo ha conspirado para que tú obtengas esos lujos de forma inmediata sin siquiera haber derramado una sola gota de sudor producto del trabajo duro. Este fenómeno se ha repetido por millones. Todos esos créditos han sido otorgados a personas a las que no se les sometió a una rigurosa investigación crediticia por lo que todo estaba atado y bien atado. ¿Cuál fue el detonante de dicha bomba social? La especulación en bolsa. Todos sabemos que el valor es diferente del precio. En la bolsa de valores lo que en realidad “vale” es la percepción que se tiene del valor de las cosas. Si dicha percepción cambia, el valor cambia. La mente de los que juegan en bolsa es extremadamente manipulable, basta porque la tendencia varíe sólo un poco para que una empresa que en un momento se encontraba en la cima al minuto siguiente se estrelle contra el piso. Es lo que ocurrió con las entidades crediticias, y si dichas entidades se van al carajo pues sus clientes son los que pagan las consecuencias, y si los intereses de los créditos se hacen impagables y al mismo tiempo se pierden los empleos que generaban los recursos para pagar esos créditos (cabe señalar que los empleos se perdieron por la misma razón que los intereses se dispararon) el resultado es la pérdida total del patrimonio adquirido por esos medios ficticios. Debido a el uso que yo hago de la epistemología cibernética es que puedo observar estos fenómenos circulares, paradójicos, autopoiéticos y complejos. Las personas tienen a ver solo las causas y los efectos inmediatos, pero estos acontecimientos tienen carácter circular, lo que significa que las causas están en el futuro y los efectos en el presente, es por eso que resulta tan imposible para cualquiera rastrear lo que sucede en realidad, estos acontecimientos ocurren en el ámbito mental aunque tienen un efecto totalmente práctico en la realidad material.
Retomando el tema de los individuos que ostentan el poder a través del control económico hay que tener en cuenta otro factor histórico como lo es la creación de la reserva federal que es comparable al ejemplo de los créditos hipotecarios a los particulares. La FED presta dinero al gobierno de Estados Unidos, la deuda de este país en la actualidad nos deja con la boca abierta, lo paradójico en este caso es que para pagar dicha deuda el gobierno de Estados Unidos pide más dinero prestado, por lo que dicha deuda no solo no se paga sino que se hace más grande cayendo en un ciclo vicioso infinito. Así como la FED está también el FMI, el ECB, entre otros. ¿Es lógico que a un país como Grecia que está en la situación en la que está se le ofrezca un crédito para salir de dicha crisis? Fue la deuda la que hundió a estos países, son los intereses crecientes, inflados e impagables de dicha deuda los que impiden a un país salir de dicha crisis. Es absurdo querer solucionar un problema utilizando el mecanismo que ha creado el problema en sí. Para algunos no es absurdo, es simplemente el mecanismo para asegurar el control político de toda una civilización, en este caso, la civilización de la que un día brotó la cultura occidental contemporánea.
Me resulta lógico que personas con el poder propagandístico, es decir, que tienen dominio de los medios de difusión masiva tales como la televisión, la radio y el internet, logren instaurar un mensaje publicitario de forma que consigan distraer la atención hacia elementos esotéricos que tanto apasionan a las mentes menos instruidas. El fenómeno de la profecía Maya del 2012 es pues la forma en que los Dueños del Poder Económico lograrán deshacerse públicamente de su responsabilidad ante los hechos que podrían acontecer en el año que viene. Desafortunadamente todo indica que el escenario está listo y avanza de forma decidida, además, el escenario apocalíptico está también preparado por estas mentes estratégicas, si algo ocurre no será culpa de los banqueros, no claro que no. Será culpa de los Mayas por haber profetizado el fin de los tiempo en este año.
Si algo así ocurre, es previsible que el escenario a nivel mundial se parezca mucho a los efectos que provocan los desastres naturales pero combinados y de forma simultánea. Realmente no quiero describir cuál es el panorama, para mi es relativamente fácil seguir el hilo de los acontecimientos, aunque el único factor que pone fin a mi rastreo de dichos escenarios es también un elemento que nos puede dar una esperanza. El ser humano tiene un poder que todo gobernante teme: la organización. Dicho poder solo es posible ejercerlo si de la sociedad emergen nuevos líderes exentos de la influencia política que ha provocado esta catástrofe (tomemos el ejemplo de las sociedades organizadas que provocaron el derrocamiento de los regímenes rancios de los países Árabes). La motivación de este líder debe ser de una naturaleza cuyo destino es seguro: el martirio.
A partir de la crisis del 2008 vemos en países como Estados Unidos que las personas que lo han perdido todo y quedaron en situación de calle alcanzó la cifra de 1 de cada 3, cerca de 43.6 millones. Esto significa que el escenario simplemente tiende a consolidarse, esto ya empezó, solo tiene que convertirse en un fenómeno más abarcador. Es posible que cuando miremos atrás, la gran depresión de 1929 nos parezca una simple broma de mal gusto.
Es posible que una vez más los gobiernos quieran dar la misma respuesta ante un problema de esta magnitud: la guerra. ¿Contra quién será esta vez? Parece que los nuevos conflictos están ya definidos debido a que las reglas para iniciar una ofensiva son muy básicas, esto es, el país blanco tiene que poseer grandes y valiosos recursos naturales como el petróleo o el agua y su estilo de vida tiene que ir en contra de todo lo que occidente considera bueno y maravilloso, es decir, toda ideología que no sea como la de ellos en el ámbito que sea. En primer lugar de dicha lista de blancos se encuentran los países del medio oriente, países pobres como los que hay en África y America Latina, etc.
¿Podemos hacer algo para evitar este escenario de tribulaciones? Recordemos un pequeña cuestión: Evitar es provocar. Lo único que podemos hacer es muy sencillo en realidad y eso es transformar nuestra vida, practicar el desapego de las cosas materiales, crear un vinculo espiritual con la naturaleza y por último desarrollar valores cívicos como la cooperación, la solidaridad, la responsabilidad y el respeto. Eso es lo único que no solo puede detener a esos seres hambrientos de poder, sino que al mismo tiempo nos transportará a una nueva etapa de la civilización. Recuerda que el futuro no está escrito, decir que sí lo está es ser un falso profeta, el destino está en nuestras manos. En el momento que publico estas líneas falta exactamente un año para el gran día. Que comience... la cuenta atrás.