jueves, 9 de febrero de 2012

Las reglas del juego.



Un juego está definido por sus reglas. Para jugar a ser papá o a ser mamá hay que seguirlas, en caso contrario puede venir servicios sociales y mediante un juez quitarte a tus hijos. Todos estamos metidos en alguna especie de juego y mientras sigamos las reglas podremos seguir jugando.
Un estudiante rebelde será acusado de tener algún déficit de atención, problema familiar o sociopatía. Para ser parte de un grupo de amigos a veces las reglas implican fumar, beber, drogarse, robar, comprar ropa de marca. Algunas familias dictan que las reglas a seguir son la hipocresía, el favoritismo, la competencia sucia, etc. También hay reglas en la justicia, en la ciencia, en la religión. El no seguir las reglas del juego pueden conducirnos a dos escenarios diferentes, uno es que se nos juzgue y se nos someta hasta que aprendamos a seguir dichas reglas pero el otro es que el juego se rompa, sin embargo, otro juego nuevo emergerá, aunque tal vez las reglas sean más justas y limpias en esta ocasión. 
Si eres buen observador te darás cuenta del verdadero juego que a los seres humanos les gusta participar, y al igual que en una partida de ajedrez, es posible adelantar varios movimientos a tu oponente precisamente porque los seres humanos son predecibles en sus movimientos, esto te dará ventaja en momentos cruciales y te permitirá “ganar”. 
Las personas no pueden ocultar sus intenciones, sus actos, sus preguntas, todo les delata, tú sabes cuando alguien te quiere estafar, robar, lastimar, humillar. Si cierras los ojos y te sumerges entonces ellos ganarán. Lo necesario en todas las situaciones es seguir las reglas hasta el punto en que el otro crea que juegas su juego y entonces de la nada rompes su visión el mundo.
En la política todos creen que con su voto pueden cambiar la situación del país o lo que es lo mismo, la propia situación. La regla es que votes y te calles, de ahí en adelante, el que toma las riendas es el elegido para hacer y deshacer sin que tú puedas ni siquiera intentar expresar una opinión contraria, al fin y al cabo con tu voto decidiste alienarte de tu voluntad para que otro se encargue de elegir lo mejor para tu futuro. El verdadero cambio está en dejar de votar o que tu voto no sea para nadie. Solamente si todos al mismo tiempo participan en ese juego un cambio puede ocurrir.
Estamos muy condicionados a seguir las reglas, es lo único que sabemos hacer. Cuando dices que no bebes, ni fumas, ni te drogas, tus amigos te ven raro y se alejan. Es por eso que en la vida no hay actos bueno o malos, simplemente hay juegos en los que participas y en los que no.
Quienes se dedican al crimen organizado saben las reglas y aceptan sufrir las consecuencias porque las recompensas que pueden obtener con poco esfuerzo sería imposible obtenerlas ni aunque vivieran diez vidas.
Cuando uno es miembro de una religión sabe qué reglas ha de seguir, la más importante es la de renunciar a los bienes materiales en favor de la iglesia o congregación para que ésta sea fuerte y poderosa y pueda seguir cumpliendo con su misión en la tierra.
Como terapeuta me enfrento al dilema que los pacientes amablemente me plantean: “Ayúdame a cambiar dejando todo exactamente como está.” Seguir esa única regla es difícil pero yo siempre respondo diciendo: Te ayudaré a cambiar dejando todo como está.” Las personas no esperan dicha respuesta lo que los obliga a alejarse de su cómo estatus y se exigen a sí mismos un nuevo escenario de juego. Obviamente la comunicación es inconsciente y por lo mismo es más poderosa.
Cuando eres capaz de ver las reglas del juego que siguen las personas entras en una categoría especial donde los demás te ven raro, te tienen miedo y procuran no tener mucha confianza contigo porque saben, saben muy bien que una palabra tuya bastará para estropearles su juego o lo que es equivalente a cambiarles la vida.

La ética implica que en un juego todos salgan ganando, esto se llama "juego de sumas a 1". Jugar un juego de sumas a 0 implica que todos pierden. La mayoría de las personas solo saben jugar éste último porque no saben hacer otra cosa, de ahí que personas supuestamente respetables e inteligentes terminen siendo estafadores como los grandes magnates de Wall Street que hoy están en la cárcel.

Todos los juegos son cibernéticos porque ellos siguen un patrón fijo, y el proceso es observable y descriptible como un "juego" al que podemos nombrarle como queramos: política, economía, sociedad, familia, etc.

Si quieres puedes aprender y seguir las reglas pero en su momento también está en tus manos el cambiar lo que es hipócrita y humillante, está en tus manos el apostar tu vida en el juego del vicio, es tu responsabilidad vivir bajo tus propias reglas y que los demás se beneficien de alguna manera. Las reglas de la ética son el mejor movimiento en una buena partida.

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