jueves, 5 de enero de 2012

El síndrome del Inquisidor General.


Dostoyevsky describe el verdadero proceso que llevó a la humanidad a transitar un período muy oscuro de la historia universal. Se trata de la Edad Media donde a las personas que pensaban diferente se les podía asesinar sin pruebas ni juicios previos. Prestigiosos investigadores han llegado a plantear que dicho proceso genocida se pudo deber a hongos alucinógenos que se consumían cuando se ingería pan. Todo eso carece de fundamentos. La verdadera razón de semejante fenómeno tiene que ver con un virus capaz de hacer que los seres humanos se metan en la vida de los demás y que intenten imponer sus ideas, sus valores y su visión del mundo, también en casos extremos, este síndrome puede causar que sus portadores impongan la pena de muerte a aquellos que osan pensar diferente y no corregir su conducta después de haber sido adoctrinados. 
El síndrome del inquisidor general es una enfermedad mental. Si bien yo creo que no existe la enfermedad mental, se les puede calificar de gente enferma a aquellos que se creen con la autoridad suficiente como para tratar de imponer a los demás su visión del mundo e imponer castigos si no son acatadas y puestas en práctica.
No es nada curioso que la epidemia se haya propagado por los líderes de la santisísisima Iglesia católica, la explicación es simple: Si yo fuera un criminal en potencia ¿Dónde me escondería? ¿Qué disfraz me pondría? Pues creo que los lobos tienden a disfrazarse de ovejas, en este caso, el perfil de un religioso tiene que parecer un hombre bueno, casi santo, con autoridad inapelable y emanada directamente por un ser superior. Yo siempre desconfío cuando alguien es súper religioso porque las corrientes subterráneas no se ven pero siempre arrasan con lo que se pone en su camino. 
Esto explica los casos de pedofilia de sacerdotes en contra de niños, los casos de lavado de cerebro en las sectas, los suicidios masivos, las guerras santas, fraudes a través del diezmo, etc. Si una institución pide dinero como medio para que un fiel alcance un tesoro en la otra vida entonces está claro de qué clase de negocio se trata.
El síndrome del Inquisidor general empieza con criticar a los demás, decirles que están mal, que uno es el portador de una verdad y que los demás deben verla y seguirla. Este síndrome empieza por esclavizar a personas que se encuentran sometidas a una autoridad, éstos pueden ser hijos, empleados, pareja, y un largo etc. El síndrome va avanzando hasta que uno llega a ser capaz de utilizar la fuerza física para invadir el espacio vital de los demás, esto se manifiesta cuando uno golpea a los hijos, a la pareja, también cuando uno insulta a los demás por tener un color de piel diferente, por tener uns preferencia sexual determinada, etc. Todos los delincuentes se encuentran infectados por este síndrome, nadie se escapa. Pero ¿Cuál es la cura? La cura se tiene que administrar desde muy tierna edad como lo hacemos con las vacunas. Tenemos que inculcar el respeto por los demás, el respeto por la vida en general, por la naturaleza y por uno mismo. Es muy común que en el nivel básico de las escuelas se presenten los fenómenos  como el Bulling, que no es más que un ensayo que servirá al portador de esta enfermedad para cuando se enfrente a la vida adulta. 
Si uno no fue educado en el respeto todavía es posible tener éxito en el camino de la paz, se tiene que empezar por deshacerse de la idea que uno ve las cosas con claridad y los demás no, que uno tiene la misión de educar y corregir a los demás, que uno es el portador de una verdad que de no ser aceptada toda la sociedad sufriría un castigo divino.
Es inclusive posible que dicho síndrome contagie a todo un país. En el medioevo fue toda una institución sedienta de poder, pero también países modernos y poderosos son capaces de lanzar guerras a países cuya cultura es diferente, y todo con el fin de extraer recursos naturales valiosos pero que no quieren pagar por ellos. 
En la película Contacto le preguntaron a la Dra. Arroway si creía que el 95% de la población podría estar equivocada al pensar que existe un ser superior. Yo creo que el 95% de la población vive presa de alguna modalidad del síndrome del Inquisidor General y es por eso que no hay paz en el mundo y no la habrá hasta que practiquemos el respeto absoluto por todo aquello que sea diferente y que además nos proporciona lo necesario para subsistir como lo es la naturaleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario