lunes, 9 de enero de 2012

La villa Perro


Lars von Trier con su particular manera de observar la realidad nos ilustra magistralmente sobre un fenómeno que hace que las personas “normales” adopten una particular forma de tratar a los que consideramos “buena gente”. El argumento de la película Dogville trata de representar las paradojas que se producen cuando uno intenta hacer el bien a los demás, en vez de recibir reconocimiento social y cosechar el agradecimiento de nuestros semejantes, parece como que a estas personas cada vez les va peor en su vida hasta el punto de vivir casi esclavizados por la voluntad de los beneficiarios de su ayuda. ¿Qué es lo que ocurre? Cuando alguien es catalogado como “buena gente” inmediatamente éste se vuelve blanco de abusos y vejaciones debido a su completa indefensión. A Jesús lo crucificaron, a Grace en Dogville la esclavizaron, violaron e insultaron, a Net Flanders se le ha sometido a los peores tormentos, y no se hable de JFK, Colosio, etc. 
El ser humano es incapaz de respetar a personas que solo buscan hacer el bien a los demás y aportar algo positivo a la humanidad, los otros ven reflejado en estos personajes su propia vergüenza e ineptitud. Cualquiera que se tope con un hombre “santo” le intentará lapidar y humillar para que uno no se convierta en el malo de la película. Obviamente hay niveles, la mayor parte de la sociedad quiere avanzar a su ritmo y no se quiere meter en la vida de los demás y mucho menos quiere hacer daño a los otros, pero siempre surge la pregunta ¿Porqué a los buenos nos va mal y a los delincuentes la abundancia y el poder les sonríe? La gente sin escrúpulos comercian con la pobreza y la ignorancia de los indefensos y oprimidos, debido a que son millones y millones, al robarles lo poco que tienen, las ganancias son igualmente, millonarias. 
La justicia es cibernética, todo termina acomodándose, los ricos lo pierden todo y los pobres pasan a formar parte de la sociedad burguesa, la rueda de la fortuna se invierte y todo vuelve a empezar de nuevo para en muy pocas décadas volverse a deteriorar y todo se transforma de nuevo. 
Mi recomendación es siempre ajustar las estrategias para lograr vencer sin dañar ni lastimar. Aprender a decir que no, enseñar a hacer las cosas en vez de proteger a los hijos dándoles todo sin que ellos se esfuercen, educar en la prevención del embarazo para que la necesidad de apoyos económicos no sea necesaria. La sociedad acepta que la contradicción es parte de la vida cotidiana, pero lo que no sabemos es que el miedo y la buena fe son nuestro peor enemigo si no sabemos administrar su fuerza.

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