lunes, 9 de enero de 2012

El sueño de la razón.



El que experimenta la vida sabe que muy pocas cosas tienen sentido, el amor y la fe son posiblemente las más importantes, aspectos del vivir que parecen real, tangible, y que nos salvan del oscuro abismo en el que hemos convertido al acto de estar vivos y convivir.
La vida es un recipiente donde depositamos absolutamente toda idea que tenemos acerca de la vida, si pensamos que la bondad existe entonces la bondad existe, si pensamos que la maldad existe entonces la maldad existe, todo aquello que tomemos por real será real por el simple acto de pensar que es así. Al observar patrones de conducta lo primero que hacemos es darle un nombre, posteriormente tendemos a creer que como algo ya tiene un nombre entonces eso que nombramos debe ser una cosa tan real como una piedra, entonces si la cosa es real podemos o temerle, odiarle o amarle. Alfred Korzybski dijo que “el mapa no es el territorio” y nos dimos cuenta dónde estaba nuestro error. Entendimos que existen dos planos de consciencia, uno que percibe las cosas reales como “un kilogramo de oro” y otro plano donde se encuentran depositadas nuestras ideas de las cosas: “el oro es precioso”.
Así como Diógenes queremos acumular la mayor cantidad de valores posibles, sean estos materiales, sociales, emocionales, intelectuales, experiencias, etc. El valor de las cosas depende de la percepción que tengamos de ellas, por eso, si en algún momento en el futuro cercano nos sorprende una gran crisis económica en donde lo más valioso sea el agua y la comida, imaginemos qué pasará con aquellos que han invertido en oro (es decir todos nosotros a través de nuestras instituciones de hacienda), la percepción del valor del oro será la misma que tenemos hacia la basura. Tal vez por eso existen algunos mitos que refieren a ciudades recubiertas de oro como el Dorado. Es posible que esas ciudades hayan pasado por una gran sequía y hayan utilizado el oro para tapar baches y cubrir goteras debido a la necesidad de acumular comida antes que metales amarillos. 
Creemos que la lógica de lo verdadero y lo correcto rige e impera nuestra sociedad y la vida de cada ciudadano, pero solo basta encender la televisión y sintonizar cualquier canal de noticias para observar la percepción que tenemos de nuestro país y de los demás habitantes de la tierra. Somos incapaces de resolver el problema de nuestros outputs (como la basura, aguas residuales, smog) y hacemos que los inputs (como el agua, la tierra, el aire, el petróleo) se conviertan en medio para dominar política y económicamente a un país. ¿Alguien tiene un ejemplo de lo bueno y lo correcto, pilares de la lógica moderna? Las “religiones” estafan a sus fieles, la ciencia es gobernada por hombres de negocio que solo les importa el margen de ganancias presionando a los científicos para que disimulen los efectos secundarios y maquillen los pobres beneficios de sus productos. El mejor ejemplo es el de la industria que procesa los lácteos como la leche, el queso, yogur, y otros derivados. En México se promociona el consumo de los lácteos como el producto más maravilloso del mundo, que hace que los niños crezcan fuertes y grandotes, que hace que las chicas parezcan modelos de VictoriaSecret, que les proporciona vigor y alegría a los ancianos y mil panaceas más. Cualquier medico sabe que el consumo de la Caseína está directamente relacionada a una bajada de nuestras defensas naturales y por ende a riesgos de enfermedades del sistema respiratorio. 
¿Qué es lo que mueve al mundo? El poder y el dinero, pero como no hay límites para el poder y no hay límites para el dinero, siempre los seres humanos se desbocan en sus ambiciones. ¿Cómo puede existir la racionalidad? ¿Cómo podríamos determinar la mesura? Para que de ahora en adelante todo tenga sentido hay que preguntarnos ¿Qué necesito para ser feliz? Si lo sabes y a pesar de ello no te conformas y buscas comprar dos coches, dos casas, tener amante, etc. Entonces no te sorprendas que tu tranquilidad se esfume porque vivirás con miedo a perder lo primordial que te hace feliz y que tu incapacidad de no poder administrar lo “extra” termine colisionando con tu mundo perfecto. No hay cosas buenas o malas, tenemos que alcanzar a entender que hacen falta estratégicas para vivir la experiencia tendiendo al equilibrio, eliminando las fluctuaciones. Encuentra tu lugar en el mundo, determina lo que quieres, siempre en su justa medida.

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