domingo, 24 de julio de 2011

De observador a observador


Nuestro paso por la realidad desde que la historia se escribe es un cúmulo de episodios trágicos, delirios masivos, líderes siniestros, profetas vestidos de ovejas, en resumen, una sucesión de eventos sinsentido y con final bochornoso. Hoy en día no hacemos nada diferente, las pautas se repiten, nuestras burbujas nos revientan en la cara sin darnos cuenta que fuimos los que las inflamos hasta el punto crítico. Todo esto lo sabemos a pesar de nuestros autoengaños y es por eso que no quiero centrar mi reflexión en lo que hacemos mal sino en las nuevas posibilidades. Creo que actuamos así porque nuestro cerebro percibe la realidad bajo la estructura mental de la ignorancia y por ende todo su proceder deviene en un espacio estéril y paradójico. Cuando aprendemos algo todo nuestro sistema nervioso cambia estructuralmente, utilizando la metáfora de la maquina se puede deducir que nuestro cerebro pasa de ser el motor de un automóvil para convertirse en la turbina de un Jet. De esta forma nuestra nueva estructura nos permite alcanzar lugares tan lejanos en muy poco tiempo y por ende nuestra realidad se transforma y nuestro aprendizaje aumenta. Para poder proteger a la naturaleza se necesita una consciencia expandida en dónde los derechos de la flora y la fauna nos anteceden precisamente por ser éstos los que nos mantienen vivos, los que permitieron nuestra existencia y porque su destrucción parcial está en relación directa a la destrucción de nuestras comunidades debido a desastres naturales. Hablo de destrucción parcial porque escribir extinción significa nuestro fin y por ende estas palabras no se podrían estar produciendo.

Si observamos detenidamente la realidad nos daremos cuenta de pautas muy sencillas pero que van tejiendo un entramado muy complejo al que los científicos dedican toda una vida en tratar de comprenderlo apenas en la superficie.

La portada de mi libro hace referencia a un cambio en nuestra observación, ya que para poder llegar a la luna tuvimos que destruir el paradigma que nos hacía pensar que era imposible, una vez superado dicho paradigma e instaurado el nuevo comenzamos a desarrollar las herramientas que hicieron posible esta hazaña. Todavía estaríamos contemplando la luna si no fuese por nuestra capacidad de superar nuestras propias mentiras y enfocarnos en lo que realmente importa, nuestros sueños.

Hoy en día somos presa de una pandemia mortal que nos hace comportarnos como verdaderos tontos, considero que ese mal es lo único que podemos denominar como enfermedad mental y me refiero al reinado del poder y el dinero, dicho mal hace que los políticos se lleven las manos a la cabeza como sorprendidos de estar ante el abismo económico de la nación, hasta no hace mucho, más poderosa del mundo. Los síntomas de dicha enfermedad producen un severo estado hipnótico, es sentir como si se caminara sonámbulo y despertar de repente en el borde del desfiladero. Pues no es así, y todos lo sabemos, el poder y el dinero hacen que todos volteemos la cara para no ver cómo nos roban de forma descarada. Ya todos sabemos de dónde provino la crisis económica mundial del 2008, pero parece que hemos decidido volver a ignorar la realidad y empezar a inflar otra burbuja, esta vez más grande, esta vez definitiva... La explicación es que para poder cambiar algo necesitamos precisamente eso, cambiar, aunque es sabido que en estos momentos todos los políticos, empresarios y banqueros siguen en el mismo lugar de siempre, nada ha cambia ni cambiara hasta que todo implosione estrepitosamente.

Curiosamente el 2012 está a la vuelta de la esquina mientras que el país más tonto del mundo se perfila hacia la debacle y todos sabemos la carga que ese año traerá consigo y lo hemos visto en el cine porque al parecer el año que viene se producirá un período de profundos cambios tal como lo creían los mayas. La sabiduría de pueblos tan antiguos es muy fácil de explicar: el cambio es lo único que permanece constante. Ellos ya comprendían este fundamental principio cibernético. Se que para todas las personas es imposible comprender que todo tiene que cambiar, que la persona que aman morirá o se irá con alguien más, que los hijos dejarán la casa para emprender sus propios proyectos, que perderán su hogar, que tal vez, mañana no tendrán que comer y por último que algún día seremos viejos y moriremos a pesar de ser ricos, a pesar de ser pobres.

Entonces habrá que darnos cuenta de una vez por todas que el propósito de estar aquí no es el de volvernos ricos, poderosos y famosos. En este lugar no existe la injusticia, el ser pobres o ser ricos no implica absolutamente nada, el estatus de riqueza puede llegar a ser el peor de los obstáculos para el trabajo espiritual. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de la población es pobre lo único que puedo deducir es que la razón del estar aquí es observar la experiencia de estar vivos e irnos con un espíritu pleno y rebosante.

Los síntomas que aparecen cuando se empieza este proceso de autodescubrimiento suelen ser el de un repentino amor a la naturaleza, respeto por las opiniones de los demás, desapego de los bienes materiales, una sensación de incredulidad cuando por mañanas descubrimos que seguimos vivos y en general una sensación de paz, armonía y seguridad.

La Cibernética es la respuesta para lograr un cambio radical de nuestra paradójica realidad actual, de empezar ahora podemos estar seguros de que las futuras generaciones dirán que el año 2012 sus antecesores eligieron explorar por primera vez el camino correcto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario