La realidad parece tan real, ¿no es así? Sin embargo dudamos de que así sea. Hacemos películas como Matrix que plantean interrogantes bastante incómodas acerca de nuestra percepción sobre lo que es real o ilusorio. Pero la Cibernética y el constructivismo están ahí para arrojar el argumento final, aquel que nos dice como construimos la realidad desde “adentro”, que el afuera es imposible, solo eso, imposible. De ahí que nosotros, constructores de una realidad, estemos a merced de los impuestos de las mentes más sofisticadas y complejas: “Los gobernantes”. Cibernética es sinónimo de “Gobierno incorruptible” debido a su raíz etimológica y a sus consecuencias prácticas. En el universo nada puede ser corruptible puesto que todo tiene un orden cuántico, y a pesar de ser paradójicas, las reglas del mundo cuántico son perfectas, son pautas supremas que sobrepasan la voluntad del hombre. Sin embargo, somos nosotros quiénes observamos esas pautas y por ende las inventamos, somos nosotros los seres más imperfectos, corruptibles quienes decidimos observar reglas naturales que son el mejor ejemplo de estética y ética. Entonces ¿Quiénes somos? Somos los constructores de una realidad en la que todo parece dividido, en la que el otro es diferente a mi y por esa razón tiene que ser destruido, somos los creadores de límites y fronteras que dividen nuestra razón, fragmentándola y corrompiendo nuestros principios de amor y paz. Toda guerra empieza en una frontera, sean geográficas o mentales. Toda inquisición comienza con el aniquilamiento del respeto, con la herejía de querer imponer a otro nuestra forma de pensar y nuestra religión. Somos incapaces de ver que no vemos, ese punto ciego nos impulsa a la aniquilación de nuestro sustento vital: la naturaleza. Somos incapaces de aceptar la existencia de vida en el universo sabiendo de antemano que es un hecho de que la vida en el universo existe pues somos prueba de ello, parece que nosotros somos como seres independientes, siempre queriendo ser imparciales, siempre queriendo ver desde afuera, pero como lo dije al principio, el afuera no existe, pero también, el adentro tampoco puesto que su opuesto es inconcebible. ¿Entonces qué es real? Es real todo aquello que decidamos que es real: si cuatro personas de un grupo ven un fantasma y solo una persona no lo ve, entonces ese único individuo es un loco, un demente, y por ende tiene que ser sacrificado para apaciguar a los “superiores”.
La Cibernética es el único camino que te lleva a un lugar en donde el respeto es la única regla, la justicia es automática, la entropía es paradójica y el punto ciego es nuestro mejor método de observación. Hay cosas que solo se pueden entender cuando alcanzas cierto nivel, ¿Pero nivel de qué? Es como andar el camino y al final encontraras la respuesta: “vuelve atrás, jamás debiste andar este camino, la respuesta estaba justo donde empezaste a andar”. Entonces todo sirvió para darse cuenta que el conocimiento es el techo al que hay que llegar para darse cuenta que el problema en sí es el conocimiento, que hay que dejar de conocer y empezar a aprehender, a percibir, a construir. Entonces, de pronto te das cuenta que eres un mago, que todo lo que quieres percibir es un hecho, parece que la realidad te obedece en cierto nivel, te sorprende que pensar en una persona hace que te la encuentres en una ciudad de 15 millones de personas, y así muchas pequeñas cosas empiezan a ocurrir producto de tu voluntad. Entonces te das cuenta que en la rueda de la fortuna un día estas arriba y un día estas abajo pero que el peor momento de tu vida sirve para impulsarte hacia la gloria y el éxito, por eso, nosotros nunca estamos tristes, nunca somos pesimistas, el sistema tiende a pasar por estos ciclos, aprendemos a ser pacientes y agradecidos, pero ¿Qué pasa con el tema de la muerte? ¿La vida merece la pena si al final la única pena es la pena de muerte? Parece que delincuentes e inocentes compartimos el mismo castigo, sin embargo, aquellos que piensan que matar a un delincuente es un castigo están equivocados, la muertes es algo más, algo diferente a la vida, pero de eso... hablaré mucho después.