Me obsesiona las palabras del agente Smith en la película Matrix, es verdad que el ser humano solo entiende la vida en términos de sufrimiento e infelicidad.
Las personas siempre dicen estar en búsqueda de la felicidad, la belleza, la paz, el amor, la fraternidad, etc., sin embargo cuando uno logra vislumbrar un rayo de alegría es cuando en nuestro inconsciente empiezan a brotar los fantasmas de “la pérdida”, “el abandono”, “la violencia”, “el engaño”, “la traición”, “el futuro” y “la muerte”. Nuestros miedos empiezan a materializar esos fantasmas que Shakespeare expresó en los siguientes términos: “Nuestras dudas son traidores que con frecuencia nos hacen perder el bien, que habríamos podido ganar, con el temor de intentarlo.”
Inconscientemente empezamos a hacer cosas para provocar que lo temido se haga realidad, por ejemplo, empezamos a distanciarnos emocionalmente, nos mostramos indiferentes, negativos y en el peor de los casos agresivos y violentos.
La idea de sufrir nos provoca sensaciones fisiológicas que realmente producen adicción, es por eso que las personas normalmente se involucran con la peor pareja, el peor socio, las peores amigas, etc.
Si nos damos cuenta que la idea de sufrir es equivalente a inyectarse heroína o esnifar cocaína podríamos entonces vislumbrar un problema de salud mental mundial, y no estoy exagerando, las cifras de depresión, violencia y suicidio están ahí. Es por eso que los seres humanos van a la guerra, es por eso que sus padres se lo permiten, es por eso que los gobiernos no se ponen la mano en el corazón al momento de declarar un conflicto bélico pues saben que las personas están dispuestas a sufrir porque así encuentran sentido a sus vidas.
Parte de la solución implica vivir en el presente, jamás, ni por un momento fantasear en lo que puede llegar a pasar, hay que entregarnos al momento porque es lo único “real”.
Acepta los dones y regalos de la vida, no te son entregados porque te lo merezcas sino porque la esencia de la vida carece de razones y méritos, es entelequia, procesos estocásticos, no trivial. Para los que no lo entiendan significa que la vida existe por el mero hecho de existir, no tiene sentido, no tiene objetivo ni finalidad, entonces, la suerte es una proeza proyectada por nuestro pensamiento y labrada por nuestros actos, decisiones, elecciones, omisiones. Es azar, las posibilidades son transcomputables.
Aquellos que empiecen a sentir los síntomas de esta adicción o que ya se encuentren sumergidos en las redes de estas sirenas melodiosas lo que tienen que hacer son las mismas proezas que el astuto Ulises, hacer oídos sordos a los malos consejos de los fantasmas de tan seductor escenario y apropiarse del momento presente que en su lógica es infinito, eterno y que está lleno de toda la felicidad que podamos concebir y soportar.